¿HABRÁ SIDO ESTE, EL ÚLTIMO BAILE DE NADAL?

La historia de Rafael Nadal y el Roland Garros se entrelazó en el 2005 hace exactamente 19 años y desde entonces se convirtió en el amo y dueño absoluto del torneo con 14 títulos, siendo el máximo ganador de este Grand Slam. Pero toda historia de amor tiene su fin y esta no fue la excepción para el español que se despidió en primera ronda del certamen parisino siendo que, a pesar de todos los pronósticos y de su imponente presencia, no pudiera contra el paso del tiempo y cayera en 3 sets ante el alemán Alexander Zverev (4°) por 6-3, 7-6(5) y 6-3 en 3 horas de juego. En lo que la fue la despedida perfecta donde fue ovacionado sin parar, como de costumbre en un «Court Philippe Chatrier» que estuvo repleto de público, donde varias estrellas del mundo del tenis estuvieron presentes como Novak Djokovic, Carlos Alcaraz y la polaca Iga Swiatek. Si hay algo que dejó este duelo como referencia es que nada es eterno, ni siquiera las grandes glorias.

A diferencia de Nadal, que venía con poco rodaje debido a las lesiones, Zverev, partia como gran favorito tras coronarse recientemente en Roma y porque es el actual número 4 del mundo. Durante el encuentro, el alemán encontró la clave del triunfo en la potencia y precisión de sus golpes, que le permitieron dar la iniciativa solamente en contadas ocasiones. Además, cuando parecía que «Rafa» le complicaba el trámite del partido, volvía a sacar su mejor versión para dejar al zurdo de Manacorí casi sin oportunidades.Teniendo en cuenta que es 10 años menor, el alemán fue apenas el tercer jugador en la historia en vencer a Rafael Nadal en Roland Garros, en casi dos décadas de dominio. Pero los focos no estaban puestos en Alexander , rindiéndose de esta manera ante sus pies, resaltando nuevamente a la leyenda del tenis moderno: «Este no es mi momento, es el de Rafa”, remarco el nacido Hamburgo, dejando caer un buen gesto de flair play.

Caracterizado por los constantes desafíos y de superar limitaciones físicas, con el correr de los años «Rafa» supo construir un refugio en Paris, donde tuvo la capacidad de demostrar la simpleza del tenis. Durante mucho tiempo hubo una hegemonía absoluta por parte del español, a nadie le gustaba la idea de enfrentarlo en polvo de ladrillo parisino, donde siempre era candidato. ¿Acaso el nivel de dificultad mayor que se pueda imaginar un tenista?. Esta travesía se remonta en el 2005, donde en aquel momento Nadal ya era el número 5 del mundo, producto de su excelente gira europea sobre polvo de ladrillo consiguiendo los títulos de: Monte-Carlo, Barcelona y Roma de manera consecutiva. Alli comenzó su exitosa carrera levantando su primer Grand Slam en la final contra el argentino Mariano Puerta por 6-7, 6-3, 6-1 y 7-5.

Pero quedarse solamente con la exitosa carrera que cosechó Nadal en 22 años hablaría muy poco de su imagen, sin dudas dejará una huella gigante en el camino. Tanto que para sus colegas significa la imagen de un jugador que combinó talento con un espíritu de competitividad único, que permanecerá marcado en la historia grande del deporte mundial. “Rafa me enseñó a luchar siempre hasta el final y no darse por vencido es el mejor camino. Eso me inspiró, pero también como es el fuera de la pista, humilde y centrado en el trabajo”, contó Swiatek, la número 1 del tenis femenino. Aunque el español se cansó de desafiar el tiempo durante años, las limitaciones de un físico desgastado le jugaban una mala pasada por tantos y enormes combates. Algo destacable fue que con casi 38 años no volvió a sentir dolores, aunque sí quedó claro que sus impactos no causan el daño de otros tiempos.

«No sé si es la última vez que voy a estar acá frente a ustedes», dijo el español

¿CÓMO SIGUE LA AGENDA DE NADAL?

Dentro de pocas semanas iniciarán los Juegos Olimpicos en Paris y probablemente regrese para representar a España. Nada más motivador que jugar por la bandera, y que mejor que con Alcaraz como compañero. Cabe aclarar que el nacido en Mallorca ya se colgó la medalla de oro en singles en Pekín 2008, y en dobles en Río 2016. Pero la única respuesta la tiene él: «No puedo decir al 100 por ciento que no volveré a jugar aquí, pero sí puedo decir al 100 por ciento que he disfrutado cada vez que he jugado en este estadio ante este público«, dijo Nadal luego de la derrota con Zverev, dando a entender una derrota con sabor a final.