JOAO FONSECA GANÓ LA FINAL DEL ARGENTINA OPEN 2025

Buenos Aires

Argentina Open 2025: los argentinos conocieron a Joao Fonseca

A las 16:00 hs en el Buenos Aires Lawn Tennis Club, donde un mate relucía como trofeo, se celebró la final del ATP 250 a modo de superclásico Argentina-Brasil. 

Fue un escenario vibrante entre el calor y la euforia de la gente en el Estadio Guillermo Vilas, donde el chivo duro y los fanáticos se unían para alentar al chico de la casa, el argentino, Francisco Cerúndolo (28°), mientras otros, compatriotas de la canarinha, se entregaban a la esperanza de ver triunfar a su joven ídolo, Joao Fonseca (99°) de 18 años, quien promete aires de grandeza. Aferrándose una vez más a su carta de presentación: un drive explosivo y letal. 

El encuentro tuvo todos los condimentos y estuvo cargado de intensidad. Si bien cada tenista estuvo bien representado por su hinchada, cada vez que era el momento de servicio de Fonseca, los argentinos intentaban desconcentrarlo con silbidos, ruidos, gritos o banderazos. El juez de silla arbitró en distintas ocasiones para que los tenistas pudieran seguir la final, pidiendo silencio y respeto.

Los jugadores, más allá de lo que sucedía en las ardientes gradas, sostuvieron los sets con profesionalismo. Incluso, a el tenista brasilero de joven trayectoria, se lo notó que ha ido demasiado rápido y con eso la presión con la que tuvo que lidiar. De hecho, en varias oportunidades afirmó que consideraba tener una buena mentalidad para entender todo lo que estaba sucediendo a su alrededor y que se maneja bien sin la necesidad de un psicólogo deportivo. 

En medio de esta montaña rusa emocional, el ambiente se tornó hostil y un verdadero campo de batalla donde la tensión y el calor se entrelazaban. Este desgaste se hizo palpable en la cancha: los errores no forzados brotaron en el juego de Cerúndolo que, además, tenía la presión de ser local, sumándole las miradas condenadas y las expectativas de los argentinos a su espalda. 

En el estadio se encontraban varias banderas de Brasil dispersas en distintos sectores mezcladas entre las 65.000 almas, mayormente argentinos. Nuestro “Vamos, vamos, Argentina” que resonaba de forma galopante contra el popular “Agora, Fonseca”. Las emociones salpicaron a flor de piel en el Tie- Break, cuando la seguridad tuvo que intervenir en insultos entre las hinchadas. Incluso se llegó a escuchar de lejos el grito de un hincha, reclamando haber sido tratado con insultos “racistas”. 

El encuentro culminó con un sabor agridulce para Cerúndolo, mientras el dulce triunfo de Fonseca resplandecía en el marcador: 6-4 y 7-6 (1). Sin embargo, ambos pueblos se unieron en el cierre final para aplaudir de píe un verdadero espectáculo.

Por un lado, fue la primera final del joven estrella brasilero. “Tuve que jugar contra cuatro argentinos y es muy difícil con la torcida que tienen”, “con los argentinos es un poco difícil jugar, pero acá me sentí en casa”, dijo. 

En contraparte, era la segunda final para el porteño de 26 años que, más allá de lograr un excelente papel, haber dejado afuera al número°2 del mundo, y haber dado esperanza, se lo notaba angustiado por no haber podido cumplir con los argentinos: “Todo el aliento de la semana me sirvió mucho. Les pido perdón por no haber podido ganar y espero levantar alguna vez el título acá en casa».